Teníamos 17 años, acabábamos de terminar el bachillerato y nos disponíamos a empezar el mejor verano de nuestras vidas. Una tríada que podría haber vuelto loco a cualquier joven alicantino: hogueras de San Juan, jovialidad postadolescente y noches interminables de verano.Recuerdo una de esas noches de calor y camisas de lino. Es probable que las olas se escucharan, aunque eso no lo recuerdo. Todos nuestros sentidos se centraban en arrancar carcajadas a esas chicas de sonrisas ágiles. Javier me agarraba del cuello con el brazo mientras hablábamos con ellas. Pocos saben el impacto que puede suponer un gesto así. Alegría despreocupada, la seguridad de quien no teme a la muerte y amigos que confían entre ellos, es el mayor de los efectos halo durante el cortejo. Pablo nos vio a lo lejos. Se acercó a nosotros como Morante entrando en Las Ventas.— ¿Un paquito? - estira el brazo hacia a mí mientras toma posición en la conversación.Le miré, pensé rápidamente y lo acepté diciendo a mis adentros 'pues ya está, hacerse mayor era esto'.Encendí ese cigarrillo como quien lo ha hecho toda la vida. Aguanté la tos como un campeón, no fuera a parecer un novato delante de esas chicas. Noté un pequeño mareo, aunque quizá solo fuera una potente sensación de libertad.
Diseño ejemplar
Diseño ejemplar
Diseño ejemplar
Teníamos 17 años, acabábamos de terminar el bachillerato y nos disponíamos a empezar el mejor verano de nuestras vidas. Una tríada que podría haber vuelto loco a cualquier joven alicantino: hogueras de San Juan, jovialidad postadolescente y noches interminables de verano.Recuerdo una de esas noches de calor y camisas de lino. Es probable que las olas se escucharan, aunque eso no lo recuerdo. Todos nuestros sentidos se centraban en arrancar carcajadas a esas chicas de sonrisas ágiles. Javier me agarraba del cuello con el brazo mientras hablábamos con ellas. Pocos saben el impacto que puede suponer un gesto así. Alegría despreocupada, la seguridad de quien no teme a la muerte y amigos que confían entre ellos, es el mayor de los efectos halo durante el cortejo. Pablo nos vio a lo lejos. Se acercó a nosotros como Morante entrando en Las Ventas.— ¿Un paquito? - estira el brazo hacia a mí mientras toma posición en la conversación.Le miré, pensé rápidamente y lo acepté diciendo a mis adentros 'pues ya está, hacerse mayor era esto'.Encendí ese cigarrillo como quien lo ha hecho toda la vida. Aguanté la tos como un campeón, no fuera a parecer un novato delante de esas chicas. Noté un pequeño mareo, aunque quizá solo fuera una potente sensación de libertad.