Entre mi primo y yo, está mi abuela narrando el mismo cuento de siempre: (…) Entonces el pez le dijo a Guillem “no me pesques por favor, que solo tengo 5 años”. – ¡No! ¡Tenía 7! – Protesto como si me fuera la vida en ello. La cara de mi abuela empieza a mostrar signos de notable esfuerzo imaginativo. ¿Cómo es posible que no se sepa la historia, si nos la cuenta siempre que nos quedamos en su casa?
Ese cuento ya me lo conozco
Ese cuento ya me lo conozco
Ese cuento ya me lo conozco
Entre mi primo y yo, está mi abuela narrando el mismo cuento de siempre: (…) Entonces el pez le dijo a Guillem “no me pesques por favor, que solo tengo 5 años”. – ¡No! ¡Tenía 7! – Protesto como si me fuera la vida en ello. La cara de mi abuela empieza a mostrar signos de notable esfuerzo imaginativo. ¿Cómo es posible que no se sepa la historia, si nos la cuenta siempre que nos quedamos en su casa?